La menor vivía bajo el cuidado de su abuelastro de 61 años de edad, debido a los constantes viajes por motivos laborales de sus padres.
El caso de esta menor de 11 años de edad que ha quedado embarazada debido a los reiterados abusos por parte de su abuelastro ha causado conmoción en Bolivia y ha abierto nuevamente el debate entre quienes defienden el derecho a la vida y el derecho de la menor a interrumpir la gestación.
Fue gracias a una conversación entre la menor y una prima que los familiares se dieron cuenta de lo ocurrido. La menor le manifestó a su prima que “sentía unos movimientos extraños en su vientre y la prima le cuenta a su madre y es así que la tía es quien presenta la denuncia” expone la directora ejecutiva de la Casa de la Mujer, Ana Paola García.
Por la acusación de violación el agresor fue encarcelado, mientras que la menor con 21 semanas de gestación fue ingresada a un hospital.
Según García, la madre de la niña había pedido la interrupción del embarazo, sin embargo, por “injerencia” de una organización perteneciente a la iglesia católica la mujer desistió de que se interrumpiera el embarazo de la menor.
La menor había manifestado previamente a una junta médica que “no quiere ser madre“, por lo que se le suministró una primera dosis del medicamento para interrumpir la gestación, explicó García.
Pero luego una abogada que la organización religiosa le puso a la madre presentó un memorial de desistimiento junto a una carta manuscrita en que la menor supuestamente manifiesta que ya no quiere someterse al procedimiento, por ahora paralizado.
“Es un crimen lo que se está haciendo con esta criatura porque en un país justo las niñas no son madres“, sostuvo García.