El puente, que cruza las 2 venas del Río Cuale, tiene, justo en el centro, una abertura que poco a poco sigue creciendo y que genera desconfianza.

Una grieta en el puente peatonal que cruza el Río Cuale, en su desembocadura con el mar, preocupa porque, según los vendedores de la zona, no ha dejado de crecer con el tiempo.

Esta grieta fue identificada hace por lo menos un par de años y, hasta la fecha, no se ha atendido, a pesar de que cada vez están más separadas las placas.

Este puente es uno de los que no cayó tras el paso de Nora, a finales de agosto del año pasado, sin embargo, entre la fuerza que el agua llevaba en aquel momento y la separación del puente, algunas personas han pedido la presencia de protección civil, para descartar riesgos.

Sin embargo, desde que se hizo pública la existencia de esta abertura en el puente, protección civil no se ha parado a determinar si existe riesgo, o no.

Hoy por hoy, esta separación es de cerca de 5 centímetros y fácilmente cabe una mano o un pie de un infante.