La tormenta que se registró el día de ayer en Puerto Vallarta nuevamente hizo visible uno de los problemas que más aqueja a la ciudad: la basura.
Nuevamente, una tormenta ha dejado al descubierto una cruda realidad en Puerto Vallarta. El malecón, uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad, se ha visto sumido en un mar de basura tras el temporal.
Esta lamentable situación pone en evidencia una problemática recurrente en la ciudad: la falta de una gestión adecuada de los residuos. Ya sea por la ineficiente recolección de los camiones o la falta de conciencia ciudadana para utilizar los lugares designados para desechar la basura, el resultado es claro: un entorno urbano y natural contaminado.
Las imágenes captadas son alarmantes, con alcantarillas y coladeras obstruidas por hojas de árboles caídas, pero también por la presencia de botellas, bolsas de plástico y envases de unisel que ensucian el malecón y sus alrededores.
Esta realidad no solo afecta la imagen que proyectamos a los turistas, sino también el equilibrio ecológico de la zona, nuestro bello entorno natural, y principal motor económico, se ve afectado.
Es doloroso pensar que estos desechos terminan en las playas y, peor aún, en el mar, dañando irremediablemente el ecosistema marino.
Es imperativo que las autoridades tomen medidas contundentes para abordar este problema, implementando una recolección de basura eficiente y promoviendo campañas de concienciación ciudadana sobre la importancia de cuidar y preservar el entorno natural de Puerto Vallarta.
Solo con una acción decidida y un compromiso colectivo, se podrá revertir esta situación y asegurar un futuro más limpio y sostenible para esta hermosa ciudad costera. La responsabilidad recae tanto en las autoridades como en cada uno de los ciudadanos que deben asumir su papel en la protección de su hogar y patrimonio natural. El reloj está en marcha, y la hora de actuar es ahora.