El Departamento del Tesoro bloquea activos de la organización liderada por “El Marro”, señalada por enriquecerse gracias al “huachicol” y generar violencia en Guanajuato.
El engranaje financiero del Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL) ha entrado en la mira directa de Washington. Este miércoles, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos oficializó sanciones contra la organización criminal y su cabecilla, José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, tras identificarlos como los principales artífices de la crisis de seguridad que atraviesa el estado de Guanajuato.
La medida, ejecutada a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), implica un bloqueo total de cualquier propiedad o interés que el grupo posea en territorio estadounidense o que esté bajo control de ciudadanos de ese país. Esta restricción se extiende a cualquier entidad donde el cártel tenga una participación igual o superior al 50%.
De acuerdo con las investigaciones de la OFAC, los ingresos económicos de este grupo no se limita al ámbito local. El CSRL ha logrado consolidar un “mercado ilícito de energía transfronterizo” mediante el robo sistemático de hidrocarburos. La dinámica operativa implica a “intermediarios” mexicanos que disfrazan el crudo robado bajo etiquetas de “aceite usado” para burlar los controles fiscales.
Una vez que el combustible cruza la frontera, es recibido por “importadores estadounidenses” que lo colocan en su mercado interno a precios reducidos. Según el comunicado oficial, estas tácticas no solo despojan a Pemex de miles de millones de dólares, sino que también “socavan el funcionamiento de las compañías legítimas de petróleo y gas natural en Estados Unidos”.
A pesar de que “El Marro” cumple actualmente una condena de 60 años por secuestro en México, las autoridades estadounidenses advierten que su influencia no ha mermado. El reporte señala que Yépez Ortiz continúa operando desde la prisión, habiendo sido pieza clave para pactar una alianza estratégica con el Cártel del Golfo.
Además del huachicol, el CSRL mantiene operaciones de tráfico de heroína hacia el norte. Sin embargo, su mayor impacto mediático proviene de la sangrienta disputa que mantiene con el “Cártel Jalisco Nueva Generación” (CJNG). Esta rivalidad por el control de los ductos ha provocado que Guanajuato se catalogue como uno de los puntos “más mortíferos de México”, debido a las tácticas de lo que la OFAC describe como un “notorio cártel terrorista” en referencia al CJNG.
