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Va Navarro por policías con un uniforme único

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Además de promover la coordinación entre las diferentes dependencias, Navarro busca impulsar que los elementos de seguridad en Nayarit porten un uniforme único, sin logotipos diferenciados, ya que, según afirmó, pretende evitar que el crimen organizado los identifique.

Durante su conferencia del lunes, el mandatario presentó su idea de un mando único como estrategia clave para enfrentar a los grupos delictivos en el estado. Una de las medidas anunciadas es la implementación de un uniforme único para las autoridades de diversas dependencias, eliminando logotipos que puedan diferenciarlos. Según explicó, esto reduce el riesgo de que los elementos sean identificados por organizaciones criminales.

El gobernador argumentó que esta iniciativa busca proteger a los policías y sus familias, quienes usualmente viven en los mismos municipios donde trabajan, lo que los hace más vulnerables.

“Es necesario un mando único. Ya he pedido que en los municipios que ya aceptaron (mando unico) no se aceptaran uniformes diferentes. Que vayamos con los mismos uniformes para no mostrar una debilidad al tener enfoques diferentes”, afirmó.

Asimismo, destacó que el mando único buscará la coordinación estrecha entre las distintas áreas de seguridad, incluyendo movilidad, y propuso trabajar bajo un único logotipo que represente a los elementos policiales. Este planteamiento, señaló, incentivará a los policías a realizar su labor con mayor confianza y seguridad.

¿Qué es el mando único?

El mando único policial en México fue propuesto inicialmente por el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón en 2010 como una estrategia de organización y coordinación de los cuerpos de seguridad pública en la que se busca centralizar la autoridad y operación de las policías municipales bajo un mando estatal, es decir, que las policías locales trabajen bajo las órdenes directas del gobierno estatal.

El mando único policial en México ha generado muchas críticas porque tiene varios problemas. Primero, al quitarles el control de la policía a los alcaldes y dárselo a los gobernadores, los municipios pierden autonomía, lo que significa que los presidentes municipales ya no pueden decidir cómo manejar la seguridad en sus comunidades. También se dice que este cambio no soluciona el problema de la corrupción, porque no solo existe en las policías municipales, sino también en las estatales, así que los problemas simplemente se trasladan.

Otro punto es que, al darle todo el poder al gobernador, existe el riesgo de que use la policía con fines políticos, ayudando a unos municipios y afectando a otros, según le convenga.

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