El máximo esplendor de la última superluna del año será visto este 4 de diciembre, y según los expertos, una luna que parecerá hasta 14% más grande podrá ser presenciada.
Diciembre arranca con un evento que domina el cielo nocturno: la última Superluna del año. Este fenómeno, que alcanzará su punto máximo este 4 de diciembre, mostrará al satélite natural más grande y brillante de lo habitual, convirtiéndose en el primer gran atractivo astronómico del mes.
La también llamada “Luna Fría” se distingue por coincidir con la temporada de invierno en el hemisferio norte, etapa marcada por temperaturas bajas, noches extensas y un paisaje característico. Culturas originarias de Norteamérica adoptaron ese nombre al relacionar cada Luna llena con las condiciones del mes, de la misma manera en que surgieron denominaciones como “Luna de Ciervo” o “Luna de Fresa”.
La Superluna se producirá cuando la fase llena coincida con el perigeo, su momento de mayor cercanía con la Tierra. De acuerdo con estimaciones astronómicas, esto puede hacer que luzca hasta un 14% más grande y 30% más brillante que cuando se encuentra en su punto más alejado, el apogeo. El instante exacto será a las 23:14 GMT, equivalente a 17:14 horas en Ciudad de México, aunque su mejor observación ocurrirá después del anochecer.
Durante el mes también se esperan otros eventos destacados. El 7 de diciembre, Mercurio alcanzará su mayor elongación, ofreciendo una ventana poco común para observarlo antes del amanecer, acompañado de Venus en el horizonte oriental.
Del 13 al 14 de diciembre, las Gemínidas protagonizarán una de las lluvias de meteoros más intensas del año, con hasta 120 destellos por hora bajo condiciones óptimas. Con una Luna menguante reducida al 30% de iluminación, este será uno de los mejores momentos para seguir sus trazos luminosos.
El 15 de diciembre será ideal para observar la nebulosa de Orión, visible bajo el famoso cinturón del cazador, mientras que el 19 de diciembre el cometa interestelar 3I/ATLAS se aproximará a unos 270 millones de kilómetros de la Tierra, observable mediante telescopios.
El mes continúa con el solsticio del 21 de diciembre, que marca el día más corto del año en el hemisferio norte, un escenario propicio para la aparición de auroras boreales. Esa misma noche y hasta el día siguiente, las Úrsidas alcanzarán su pico, dejando hasta 10 meteoros por hora.
Finalmente, el 26 de diciembre, la Luna creciente se acercará visualmente a Saturno en una llamativa conjunción observable después del atardecer. Hacia los últimos días del mes, Júpiter comenzará a brillar con mayor intensidad mientras se dirige a su oposición de enero, permaneciendo visible toda la noche hacia el noreste.
